La Planificación Estratégica es uno de los procesos de negocios más importantes que una empresa debe desarrollar, sin embargo es uno de los que menos éxito alcanza en la práctica. Estudios a nivel mundial señalan que más del 70% de las compañías que se embarcan en un proceso de Planificación Estratégica no logran alcanzar los resultados esperados de la misma.
La principal causa de este fracaso es la desconexión existente entre los principios estratégicos y el día a día de la operación. La Visión puede decir: “Ser líderes en innovación”, pero en la práctica no existen procesos implementados en la compañía que permitan implementar nuevas ideas, los empleados son evaluados a través de indicadores que no reconocen la innovación y nunca se mide la percepción que tienen los clientes sobre que tan “innovadores” son los productos de la empresa. En resumen, el capitán del navío está apuntando en una dirección, pero los marineros están remando en cualquier otra y no existen herramientas que les ayuden a remar sincronizadamente en dicha dirección.
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